El acto de conocer como proceso inherente al ser humano, se dinamiza y cambia constantemente de acuerdo a las demandas emergentes de un contexto que se hace cada vez más caótico y complejo ante el fenómeno de la globalización.
Hoy hemos comprendido que existen nuevas formas de aprender y que las dinámicas del pensamiento se matizan cada vez más ante el acceso, selección, manejo y aplicación de la información, donde el procesamiento de datos se da de una manera vertiginosa.
Las instituciones educativas con el ánimo de estar a la vanguardia de las demandas de contexto, entran en la tarea de estar a la vanguardia de un mundo que habita en la era digital, convocando a los docentes hacia tareas de cualificación en este sentido y adoptando nuevos modelos pedagógicos de trabajo para el aprendizaje de los educandos, abordando nuevas maneras de construir conocimiento.
Los modelos pedagógicos que enmarcan el quehacer educativo se conjugan con nuevas perspectivas de aprendizaje, buscando cualificar las prácticas educativas de un modo más pertinente con el ánimo de dar respuesta emergente de llevar al ser humano a “ser ciudadano del mundo”, es decir a poder participar y usufructuarse de la sociedad del conocimiento, donde la interconexión virtual, presenta grandes gamas informativas, donde el reto central de la educación no solo está dada en llevar a los sujetos a acceder a ella, sino en poder hacerle un uso adecuado; marcando la tendencia hacia la posibilidad de racionalizar el uso de la informática.
Argumentar los discursos educativos y de vida en correlación con los educandos, implica de alguna manera ir a la vanguardia con el conocimiento, el cual se encuentra en un estado mucho más dinámico e interconectado desde la aparición de la tecnología y en ella los últimos avances de virtualidad para el tratamiento de la información y la interconectividad entre sujetos, constituyéndose en pilares fundamentales para abordar y dirigir el acto de aprender haciendo desde la escuela, es decir, que el sujeto ya no es pasivo ante la recepción de la información, él se hace partícipe y autónomo en dirigir su intención hacia la manipulación y tratamiento del conocimiento para obtener el saber y con él, la transformación del mundo; empoderándose para liberarse de constructos psicorígidos, esquemáticos, frívolos y conductualizados a la usanza representativa de lo tradicional.
Aparece como respuesta a las formas de aprender bajo características de virtualidad, sin desconocer el papel de la escuela y en ella la misión del educador como orientador, y la necesidad de fortalecer la interacción entre los sujetos que hacen parte del acto educativo presencial, el modelo Blended Learning, para conjugar la tarea presencial de educar y en ella todas sus intencionalidades con las múltiples posibilidades que ofrece la tecnología a través de la virtualidad, generando espacios adecuados que van desde el uso y la implementación de programas de ofimática y otros de riqueza hipermedial y multimedial, donde se conjugan la imagen, el sonido, entre otros, hasta la utilización de plataformas donde la interconectividad genera redes sociales aprovechadas hoy en la generación de grupos de conocimiento.
Llevar al educando hacia el acceso informático, implica aprendizajes para ser asertivos con la información obtenida; tomar decisiones para la selectividad y utilización con base en los fines que se persiguen desde la tarea educativa o por el contrario en atender a las demandas particulares, haciendo en todo caso un uso racional de ello. Los recursos informáticos se convierten en mediaciones entre la intencionalidad del docente frente a los fines educativos y la demanda del educando frente al objeto de conocimiento; donde el éxito de esta mediación se centra en el diseño de la misma, utilizando la semiótica para representar desde los símbolos la significación y la estética multimedial como fuente de enriquecimiento y recreación adecuada de la información, buscando provocar y convocar al educando hacia los propósitos preestablecidos cautivándolos en su tarea de llegar a ser y aprender haciendo desde la activación de los sentidos, como puertas de entrada hacia al despertar de los procesos de pensamiento y en ellos la configuración de la inteligencia.
La tarea de educar no cambia en su intencionalidad, sino en los modos como se recrea y se conjuga el gozo de aprender en el ser humano con todo aquello que emerge en el acontecer científico, tecnológico y social; donde la acción de empoderar al sujeto en el uso de la tecnología y en ella el uso de la informática, liberándolo de la ignorancia tecnológica, empoderándolo para la transformación del mundo con una fundamentación axiológica y de conocimiento.
